Lo dijo Sánchez Padilla: el uruguayo maneja como el culo*.
Varios autos circulaban por Raffo, hacia Millán, en dirección Prado - Sayago (¿Se entendió?).
En la vereda opuesta al sentido en que marchaban los autos había un tipo en moto, pronto para arrancar. Y sin siquiera mirar, aunque fuera para ver a quién le iba a romper las pelotas con su maniobra, arrancó el birrodado.
La motito se mandó un cruce diagonal de izquierda a derecha que le congeló la sangre a más de una vieja que pasaba.
Uno de los autos le pasó rozando a la moto, lo que provocó la respuesta del motociclista, haciendo señas y gestos que denotaban indignación, hombría y actuación para la tribuna.
Pasando la esquina, el auto frenó. Al verlo, el tipo de la moto estacionó al lado. Hablaron, se dijeron algo pero no pasó a mayores. Ambos conductores eran tipos jóvenes, aunque -perdón si mi comentario suena despectivo- el de la moto era bastante más plancha que el del auto, que tenía cara como de haberse arrepentido de detenerse.
Finalmente se fueron, pero antes el de la moto vociferó algo que no se entendía por el casco y señalaba al del auto, haciendo ademanes algo exagerados. Capaz que le estaba diciendo: "tenés razón, soy un imprudente de mierda, la cagada fue mía y casi ocasiono un múltiple accidente en el que podrían haber muerto varias personas por mi culpa", pero para la mirada de la gente que observaba quedó con la última palabra, la palabra del guapo que se va sacando pecho (y sin asumir que maneja como el ojete).
*El señor Sánchez Padilla no usó la palabra culo, pero lo dio a entender.

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